Cuenta la leyenda que a mediados de la década del 80' un periodista —que por entonces era dueño de una parrilla convertida hoy en un templo de salvación— movía la cabeza desesperado ante la falta de su parrillero, sin saber qué hacer con las exigencias de su clientela.
Así había transcurrido aquella jornada, entre lamentos y maldiciones que el propio dueño se encargaba de revolear.
Entonces llegó “Él”, un sujeto de cabello abundante y cara de pocos amigos, dueño de una frontalidad que hacía estremecer a más de uno.
—¿Qué pasó, Ruso? –preguntó sin rodeos.
—No vino el parrillero –afirmó el dueño, bastante preocupado y con la paciencia por el suelo.
—Bueno, vamos a ver –replicó el visitante, y sin emitir preámbulo alguno se quitó la remera y enfiló hacia donde estaba la parrilla—. ¿Cómo están haciendo los chorizos? –inquirió aún vestido en unos pantalones de cuero—. ¿Están marcados? ¿De qué tamaño son las fetas de vacío?
El ruso se quedó boquiabierto, sin saber qué responder.
No era para menos y es que aquella noche de 1980, Norberto Aníbal “Pappo” Napolitano haría las veces de parrillero, frente al Cine Avellaneda.
Había nacido en Santa Isabel, al sur de la provincia de Santa Fe, un día como hoy, el 10 de marzo de 1950.
Apodado también bajo el nombre de “El Carpo”, Pappo fue uno de los guitarristas argentinos más impresionantes de la historia.
Cantante, compositor y pionero del Blues, del Rock y del heavy metal nacional, Norberto “Pappo” Napolitano integró a monstruos como “Los Abuelos de la Nada”, “Los Gatos”, “La Pesada del Rock and Roll”, “Riff” y “Pappo's Blues”, entre otros.
Emigró a la Ciudad de Los Ángeles, en Estados Unidos, y regresó a la Argentina en 1990 con “Pappo & The Widow Maker”, un grupo integrado por músicos norteamericanos que lo acompañaron durante algún tiempo hasta la refundación de sus entrañables “Riff” y “Pappo's Blues”.
En 1997 la productora “Pol-ka Producciones” lo convocó para actuar en la Telenovela “Carola Casini” —la historia de una corredora de autos—, en donde Pappo se daría el gusto de actuar desempeñando el papel de “Enrique”.
Hacedor de grandes conciertos, Pappo tocó junto a los guitarristas más importantes y más grandes de la historia.
Canciones como “Sucio y desprolijo” , “Desconfío”, “El hombre suburbano”, “Adonde está la libertad”, “Al sur de la ciudad”, “Llegará la paz” y “Rock and Roll y fiebre” hicieron de Pappo uno de los músicos más destacados y reconocidos en Argentina.
Dueño de una discografía para las bateas del Blues y del Rock, dejó su impronta con gusto a premonición en el último disco que grabó en vida.
”Buscando un amor” fue el título elegido. Un compacto editado en el 2003 con catorce canciones y otros seis homenajes, que volvieron a colocarlo en los primeros puestos del ranking nacional.
Su portada lo muestra entre las nubes del cielo junto a Jimi Hendrix, Muddy Waters, Steve Ray Vaughan, John Lee Hooker y el incomparable Robert Jonson –de quién se sospecha habría vendido su alma al diablo a cambio de una perfecta ejecución de guitarra—.
Ironía o no, la premonición de la obra del carpo sucedió el 25 de febrero de 2005 cuando falleció en un accidente de tránsito mientras viajaba en su moto, en la Ruta 5, cerca de la localidad de Luján.
Un día después, una multitud de adeptos despedía sus restos en el panteón de músicos de SADAIC en el cementerio de la Chacarita.
Al día de hoy, la plazoleta “Roque Sáenz Peña” ubicada entre las calles Juan B. Justo, Boyacá, Remedios de Escalada de San Martín y Andrés Lamas, en la Ciudad de Buenos Aires, lo recuerda con un monumento a su memoria.
Algunos fanáticos dicen haberlo visto con una guitarra colgada de sus hombros, rindiéndole homenaje a nuestros seres queridos, que al igual que el carpo nos dejaron para seguir un camino de paz.
Los amantes de los sueños y del romanticismo esgrimen otra teoría:
Dicen que Pappo está vivo, que sólo se fue por un rato, y que a veces —sólo algunas veces— se deja ver en su Harley, conduciendo en la ruta del cielo, en busca de un amor.
©Ernesto Fucile | www.ErnestoFucile.com.ar
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El Carpo
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