"Una pérdida de tiempo" debería titularse esta denuncia pública que a continuación me doy a la tarea de transcribir. Sin embargo, anteriormente había publicado "Los Mercaderes del Papel" hablando sobre la trampa editorial en los concursos y publicaciones de Argentina, y ahora —a modo de resumen y procurando ir más allá— ampliaré el expendio, contándoles un poco lo que ha ocurrido esta vez.
La noche de ayer, mientras me daba a la tarea de reenviar sinopsis y capítulos de muestra a las agencias literarias y editores que se habían interesado luego de que ganara el primer premio —algo que tampoco suena alentador para aquellos que recién comienzan— una lacónica mueca se dibujó en mi rostro al contabilizar la enorme y singular cantidad de consultas que —habiendo muerto en mi bandeja de "enviados"— yacían sin respuesta desde el año 2007.
Tomando las cosas con gracia, decidí realizar entonces una prueba que confirmara mi teoría y envié un correo consultando esta vez sobre mi nuevo proyecto —el cual nunca envié— para corroborar si el mismo era rechazado por que sí, o si estos paracaidistas consideraban las sinopsis, capítulos y novelas recibidas.
Gran sorpresa me llevé al recolectar un parva de negativas infundadas, aunque vale destacar los puntos más altos; una avivada que llegó a modo de correo electrónico de una afamada Agencia literaria que rechazaba y elogiaba una novela que jamás había leído.
¿Ver para creer? Su mensaje dice así:
”Hola Ernesto : Hemos aprovechado estos días de semana santa para ponernos un poco al día, del atraso en revisar las propuestas que nos hacéis llegar, y lamento comunicarte que pese a los valores positivos de tu saga, hemos decidido no representar tu obra, ya que el momento editorial en nuestro país, es bastante duro. No obstante me gustaría que me tuvieses al tanto de tus próximos trabajos, por que las circunstancias de mercado son cambiantes, y tu estilo me ha gustado. Cordialmente.Joan Bruna
SANDRA BRUNA Agencia Literaria.”
Recientemente he recibido un correo en el cual —sin ningún criterio literario— un "editor" valoriza la sinópsis y el primer capítulo de la obra —que tampoco envié— y propone un proceso de coedición en donde deberé afrontar los gatos de dicha publicación —riesgo cero—:
"Estimado Ernesto, tu obra es francamente interesante. Tal y como te adelante el interés por publicarla en nuestro sello queda confirmado.
Para poder evaluar con precisión todos los detalles y los costes que te supondría llevar adelante el proyecto te pido que me hagas llegar una copia del libro en formato word. En pocos días te haré llegar un presupuesto completo con todos los detalles, así como una copia del contrato para que puedas estudiarlo todo con detalle. Quedo a la espera de tus noticias.
Un saludo, Benjamín Amo
Editor Editorial Nemira."
Sí, "Una pérdida de tiempo" debería llamarse este compendio desafortunado. Otra cosa no les puedo decir. Pero a no desalentarse, mis queridos colegas y amigos.
Esta es otra de las caras del mundo editorial y —salvo un adinerado famoso con media carrera hecha o ayudado por los escritores fantasmas que trabajan quemándose las pestañas y exprimiendo las neuronas—; ¿Quién lo podría negar? Esta es la prueba irrefutable que demuestra que los proyectos no se leen y que la mayoría de los representantes no sirve para nada.
©Ernesto Fucile | www.ErnestoFucile.com.ar
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Los Mercaderes del Papel - 2º Parte
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